Los trabajos que desempeñan los inmigrantes en el país al que llegan dependen de su nivel educativo y de sus recursos económicos. En los EE.UU., por ejemplo, los inmigrantes que llegaron desde Cuba a raíz del triunfo de la revolución y el establecimiento del régimen comunista, estaban compuestos por personas de clase media y alta, de extracción urbana y algún tipo de formación profesional. Pudieron ubicarse en actividades como servicios educativos y de salud, comercios, restaurantes, transporte y manufactura, frecuentemente por cuenta propia o asociándose con otros compatriotas. Fueron sujetos de crédito y estuvieron en condiciones de acceder a la adquisición de viviendas, vehículos, herramientas, equipos y demás bienes. En cambio, distinta ha sido la situación de los inmigrantes que llegan a los EE.UU. cruzando la frontera con México. Su limitada calificación y la carencia de recursos económicos provocan que tengan que laborar para terceros en faenas agrícolas y otros trabajos de bajo nivel.
Se ha podido constatar, por lo tanto, que el tiempo que media entre la fecha de llegada de los inmigrantes y el momento en que ellos pasan a trabajar por cuenta propia, está relacionado con el estatus educativo y económico que tenían al llegar, siendo tanto más largo cuanto menor sea dicho estatus. Esa diferenciación se observa en los EE.UU., Europa, el Oriente Medio, el sureste de Asia y otras regiones y países receptores de inmigrantes, incluyendo el nuestro.
Eso significa que en lo que respecta a los inmigrantes haitianos que llegan aquí, inicialmente desempeñan labores manuales en la agricultura, la construcción o el turismo, y les toma tiempo pasar a otras ocupaciones independientes. Pero eventualmente, si permanecen en el país por suficiente tiempo, se podrán dedicar a otras actividades, lo que implica que será necesaria la llegada de más inmigrantes para reemplazarlos y cubrir la demanda de los sectores que los emplearon originalmente.
