El paso de Anakin Skywalker al Lado Oscuro tuvo un punto de inflexión del que no se vuelve jamás. El llamado Asedio del Templo Jedi en el que cobró las vidas de los niños en Coruscant, uno de los momentos más tristes en la historia de Star Wars y en Episodio III: La Venganza de los Sith.
Muchos fanáticos de Lucasfilm se han preguntado si era necesaria esta escena, si Anakin estaba obligado a matar a los pequeños aprendices de la Orden Jedi. A simple vista, estos pequeños no suponían una amenaza para el Imperio Galático en ese momento.
Quizás Palpatine pudo tomar a esos niños como cautivos y convertirlos al Lado Oscuro de la Fuerza. A lo mejor simplemente no les interesaba y Anakin, simplemente, seguía las órdenes de Darth Sidious.
Como recuerda un informe publicado en el sitio web de La Casa de El, Palpatine asegura en Episodio III que todos los Jedis son enemigos de la República. Basándonos en estas palabras, todos los miembros de la Orden, incluyendo los más jóvenes, debían ser aniquilados, especialmente si estaban bajo entrenamiento jedi.
La razón de Anakin era la vida de Padmé
“No vaciles. No tengas compasión. Solo entonces serás lo bastante poderoso con el Lado Oscuro para salvar a Padmé”, le dijo Palpatine a Anakin, seducido por la oscuridad y el engaño de que, cumpliendo las órdenes del Señor de los Sith, podría salvar la vida de su amada, incluso si era necesario matar a los niños del Templo Jedi.
En el Asedio, parte de la conocida Orden 66, uno de los pequeños se le acerca a Anakin en busca de auxilio: “Maestro Skywalker, son demasiados. ¿Qué vamos a hacer ahora?”.
Luego de esas palabras, el Jedi caído desenfundó su sable de luz. Una masacre en contra de unos inocentes niños y la persecución en contra de la Orden creyente del Lado Luminoso que no valió la pena porque, a final de cuentas, Padmé igual falleció.