Cuando dejas de utilizar tu laptop, siempre llega la pregunta: ¿apago la portátil o la dejo suspendida? Siempre depende de qué tan pronto volveremos a usar el equipo, pero claramente los procesos son totalmente distintos.
Dejar la notebook suspendida tiene beneficios, principalmente el reanudar las cosas que estabas haciendo de forma más rápida, con los programas abiertos. Es más cómodo que tener que volver a encender la máquina, pero mantiene activos los drivers y otros componentes.
En cambio, al apagar la laptop con programas abiertos, como explica el informe publicado en el sitio web de Hard Zone, los mismos reciben una notificación temporizada del sistema operativo para dejar de leer y escribir archivos antes de que se produzca un apagado forzado.
Cuando los programas han aceptado esta señal, se envían señales de apagado a los controladores restantes, cortando la energía poco a poco hasta que todo el hardware queda completamente apagado.
¿Qué es lo más recomendable para tu laptop?
Apagar la laptop tiene varias ventajas. No se desgastan los componentes, no se consume energía y la próxima vez que enciendas el equipo estará listo para dar su 100 por ciento en rendimiento. La desventaja, claro está, es que tienes que volver a abrir tus programas y documentos para poder continuar con tus tareas.
Por su parte, el modo de suspensión evita la desventaja de apagar la notebook. Encontrarás todos los programas abiertos, sí, pero en contra está el hecho de estresar los componentes, hay cierto nivel de consumo y se pueden producir errores en el sistema.
La recomendación es apagar el equipo completamente, no solo portátiles, también las PC de escritorio. Si solo te detendrás por un momento, no pasa nada si dejas poco tiempo la computadora suspendida, especialmente si estás trabajando y tienes alguna labor pendiente.
En conclusión: es mejor apagar que suspender.