Pong es el videojuego más fácil de jugar para los humanos, pero no sabíamos que las células cerebrales por sí solas podían aprender, practicar y mejorar su forma de jugarlo. Esa ha sido la hazaña lograda por un grupo de científicos.
Investigadores de la compañía de biotecnología australiana Cortical Labs hicieron que 800 mil células ceberales aprendieran a jugar el clásico título. Los científicos demostraron cómo las neuronas son capaces de jugar, de adaptarse y de mejorar a medida que más juegan.
Como explica el informe publicado en el sitio web de Gizmodo, las neuronas que carecen de cuerpo parece que por el contrario están inherentemente dotadas de inteligencia.
¿Cómo lograron que las células jugaran?
Los científicos establecieron una simulación similar a un videojuego al colocar células madre humanas y células embrionarias de ratón en un plato equipado para capturar y estimular la actividad eléctrica de las células.
Luego, simularon un entorno similar al Pong en el plato, que denominaron “DishBrain”, al enviar entradas a los electrodos para imitar la presencia de una pelota de Pong.
En tiempo real registraron cómo respondían las células. Esto se tradujo en si las células “interceptaron” la pelota o no. A lo largo de los 486 juegos realizados, los científicos descubrieron que cuanto más Pong jugaban las células, mejor se desempeñaban.
Los autores del estudio expresaron: “Ya sabíamos que las células son capaces de usar la retroalimentación para aprender y adaptarse. Pero esta es la primera vez que pudimos aprovechar esta habilidad “para un comportamiento dirigido a un objetivo”.
Los científicos creen que crear un entorno que controle la sensibilidad y las capacidades de autoorganización de las células significa que podemos simular la inteligencia: “Esta es la nueva forma de pensar sobre lo que es una neurona”.
El siguiente paso de los investigadores es averiguar cómo las drogas y el alcohol afectan la capacidad de DishBrain para jugar Pong.